Nos conocimos en Estados Unidos en junio del 2022 y no tardamos más de 3 semanas en darnos cuenta de que estábamos hechos el uno para el otro… ¿Suena a una locura? ¡Probablemente lo es! pero permítannos contarles la historia de cómo nos enamoramos en 3 pasos:

1)       Estábamos reunidos, como solíamos hacer todas las tardes, junto a la alberca del lugar donde nos hospedábamos, con el grupo de amigos que hicimos en Estados Unidos; absortos en pequeñas charlas, en una calurosa noche de verano texana, con cervezas heladas en mano, cuando “accidentalmente” nos sentamos uno al lado del otro por primera vez. Todavía nos parece increíble, pero por un extraño giro del destino, ambos dejamos inmediatamente a un lado las pequeñas charlas y nos sumergimos en una discusión de una hora, uno a uno, sobre temas como los compromisos para toda la vida, el compromiso en los vínculos afectivos, el amor e incluso el matrimonio (¡!). De nuevo, parece una locura (y, evidentemente, no teníamos ni idea de lo que venía más adelante), pero ya desde entonces nos dimos cuenta de que nuestras mentes estaban conectadas;

2)       Estábamos de fiesta en Austin con el resto del grupo, cuando Alberto se armó de valor para acercarse a Belén y sacarla a bailar. Sí amigos, entendieron bien: ¡un europeo consiguió conquistar a una latina bailando! ¿Bailó Alberto de forma increíble? Probablemente sí (chequen este tutorial sobre su técnica única https://www.youtube.com/watch?v=i2mmgB0OKTA). ¿Estaba Belén un poco borracha para creer que Alberto bailaba espectacularmente? Sin duda. (jajaja). Ese fue nuestro primer baile y, desde entonces, descubrimos que nuestros cuerpos también estaban conectados;

3)       Pero fue después de que Alberto cocinara su carbonara que Belén se dio cuenta de que era el elegido (jajaja). Y tras una segunda plática profunda sobre nuestras vidas, fue durante esa cena que descubrimos que no era sólo una cuestión de química o afinidad intelectual: nuestras almas estaban realmente profundamente conectadas.

Tan profundamente conectadas -pensó Alberto-, que le pareció una idea brillante, ni siquiera una semana después, pedirle a Belén que fuera su novia el 18 de junio de 2022, mientras ella nadaba serenamente en la piscina del Caesars Palace en Las Vegas. Pero, por absurdo que parezca (jaja), Belén dijo claramente que “no” al principio, quejándose de que sería la relación más corta de la historia, ya que en 2 semanas teníamos que volver a nuestros países. Seamos “novios-por-dos-semanas” -contestó inmediatamente Alberto-, pero ni qué decir que, Alberto el tenaz (o testarudo tal vez jaja), tenía ya desde ese entonces otros planes...

Para no hacer más larga la historia: a las 6 semanas Belén ya estaba en Apulia, Italia, sentada en la mesa con la familia de Alberto para celebrar el cumpleaños número 60 de su papá, y 4 meses después, Alberto estaba en México celebrando el cumpleaños del papá de Belén también, y a los menos de 2 años, ya estábamos viviendo juntos en Roma (ese es el plan).

Como pueden ver, una lección que aprendimos es que una relación no depende realmente de “pasos", como si de una receta se tratase, ni depende de un tiempo determinado, y seguro que no sólo de la presencia física, sino de la profundidad de la conexión y que, -exactamente como dijimos durante aquella primera conversación- la voluntad de hacer que la relación funcione sea más fuerte que todo.

Ahora estamos seguros de que nuestras almas se reconocieron desde aquella primera noche, y de que -tras haber superado husos horarios, diferencias culturales, barreras lingüísticas y haber cruzado océanos sólo para estar uno junto al otro- lo que pensábamos que iba a durar 2 semanas, durará toda la vida.

¡No podemos esperar a celebrar este momento tan especial con todos ustedes!

Belén & Alberto